El sonido de las escaleras

Mientras escucho ese sonido subiendo… trepando… viniendo hacia mí… lo espero. No puedo escapar… no hay donde escapar.


Uno
Siempre lo he sabido… las puertas… son la entrada… el camino que nos lleva hacia ellas es variado: pasillos... callejones… veredas… escaleras.
Me atrae el misterio que te lleva a abrir una puerta… o subir unas escaleras.
Nosotros humanos… y nuestros pequeños caminos que nos llevan a nuestros pequeños mundos nos encierran cada vez más en él.

Esta noche he vuelto a despertar en ese momento cuando tus sueños están apunto de llevar tu mente a los limites de la imaginación y la irrealidad. No es muy cómodo despertar en este rato; justo cuando no tienes más compañía que el recuerdo de ese viaje incontrolable del que acabas de salir… Diablos…esas malditas sombras sin forma que nunca puedes siquiera tocar ni mucho menos controlar… pero vaya que te hacen sentir sus presencia arrastrándote a una oscuridad que solo ellas deben saber cuan profunda es. Se llevaron mi descanso como las nubes se llevan la luz de la luna en una fría y negra noche sin linterna a la mano.

Ya… es de madrugada, supongo... talvez más. Esta noche al menos no se llevaron la luz de la luna por que veo su tenue resplandor filtrase por la ventana de vidrio oscuro.
Veo por la ventana; nadie en esa calle. ¿Quién podría andar por acá?... Nada cerca que pueda alumbrarme. Me acerco al interruptor solo para comprobar que otra vez hay un repentino corte de energía nocturno. Bueno… a mí tampoco me interesaría si un nocturno más reniega por falta de luz en la noche. Es tiempo de dormir. Si… pero es una mierda que lo sea cuando ya el sueño se ha ido y no quiere regresar.

¿A dónde voy a llevar a mi mente en esta noche oscura para regresarla al descanso?
Lo primero que regresa son las imágenes del sueño anterior…esas malditas sombras que se levantan del suelo como… bueno; como en los sueños (qué tonto). Me hacía falta un pensamiento gracioso en este momento ya que mi mente solo se ocupa en recordar las imágenes que más la afectan. Es natural ¡diablos! ¿Qué más natural un leve temor de compañía en esas noches extrañas en las que el mundo parece haber desparecido sólo para ti? Si; es algo natural, sólo hay que ocupar la azotea con conejitos saltarines chicas en tanga bailando un ritmo oriental.

Dos
La luz no regresa (si, es un gran descubrimiento, eres un genio… con seguridad en la mañana). Creo que llevo horas observando la calle desde la ventana. Si, el mundo ha desaparecido solo para ti, viejo. La luna está observando pero no alcanza a ver mucho - te hace falta más energía novia de la noche -

Esta es otra de esas noches viejo…ya debería haber amanecido. Tendrás visita. Quiero pensar que no.
El primer paso siempre suena muy lejano, como una araña caminando en el cielo raso. Los siguientes son más notorios. Uno tras otro. A lo lejos parecía una persona…ahora parece un buey con zapatillas… un buey con andar muy pausado. Lo escucho en el pasadizo. Se ha detenido para escuchar. Creo que sabe que lo escucho. No; este pueblo tiene habitantes también; cada casa está llena cada una de chusma diferente. Cada uno dentro de ellas y yo sólo soy alguien escuchando a su imaginación en una noche interminable.
No me pregunto como alguien puede haber entrado y esté caminando en el pasadizo por que no creo que lo que escucho sea real…es parte de un sueño y ya debo estar durmiendo, pero no puedo dejar de escuchar. Tengo que salir, no todo es extraño en esta noche. Puede ser algo más real.
Apenas ordeno estos pensamientos cuando lo escucho al pie de las escaleras. El sonido seco y amortiguado de la madera con un peso semejante, es perturbador. Y cada paso que da con una lentitud que parece programada para atemorizar, logra su objetivo.
Nadie debería estar por este lugar, mucho menos a esta hora…nadie hace ese ruido tan pesado para caminar. Ya… nadie debe dejarse llevar por ese miedo a lo desconocido sin actuar.
Los pasos aumentan de tono por la cercanía de cada escalón que suben. Necesito saber que estoy acá. El mundo no ha desaparecido.

¿Quién anda allí? – Pero qué pregunta más tonta para hacer en estos momentos-
El silencio es mi única respuesta.
Cojo una silla de la oscuridad, esperando que me sirva de algo. La luna se filtra por la ventana como una pantalla de cine detrás de mí.
Nadie puede entrar con esa puerta tan fuerte. La irrealidad se vuelve tan densa como el vapor de un sauna en el ambiente.
¿Qué diablos estoy haciendo? ¡Esto no es más que una alucinación de medio sueño! Otra vez me esta afectando estar solo.

El silencio reina en esta noche. Creo que imaginé que cogía la silla por que no tengo nada en las manos y estoy sentado en la cama. Ya sabes lo que pasa cuando te dejas llevar. Te lo advertí.
Me intranquiliza la seguridad de la puerta. Necesito cerciorarme que está bien asegurada por sea caso.
Doy unos pasos en el silencio sin tropezar. Unos pasos más y estoy frente a la puerta, la mano lista a comprobar el seguro italiano de pestillo. Hubiese comprobado rápidamente con una salida y entrada de él su perfecto mecanismo, pero, cuando estaba a punto de cerrarlo descubro que alguien esperaba que hiciese eso… alguien que adivinó mi comportamiento… alguien que estaba esperando detrás de la puerta para lanzarse a ella con la decisión de entrar en un movimiento tan rápido que casi me hizo vomitar de la impresión.

El sudor repentino del miedo es una las peores sensaciones que un ser humano debe sentir y ahora la experimento en toda su expresión mientras intento ganarle a esa fuerza maldita por cerrar la puerta. Tengo la cadena de seguridad a mi favor sosteniéndola y tengo también la rabia contenida que quiere empujar el miedo fuera del cuerpo gritando en este mismo instante en la noche:

¡¿QUIÉN CARAJOS ERES…?! ¿QUÉ QUIERES…? ¡¡MALDITA SEA!!
El grito me ayuda a empujar con más fuerza en un instante y puedo cerrar la puerta. Un segundo se silencio.
Una fuerza descomunal que se lanza contra la puerta cerrada y me hace sentir que casi la arranca completa con la pared que la rodea.
Puedo sentir que respiro el aire mojado y asfixiante de mi sudor. Veo la puerta temblando en cada maldito golpe del otro lado. Unos segundos tan largos como media vida que acaban en un silencio tan abrazador como el fondo del mar.

Tres
Estoy sentado en la cama… ya… es de madrugada, supongo... talvez más.
El sudor casi se ha secado dejando mi cuerpo tan frío como un cadáver. Parecen haber pasado horas desde que casi tumban la puerta. No lo han vuelto a hacer. No he escuchado a nadie bajar. Nada… ni siquiera el sonido del viento nocturno. La luna ha estado parpadeando en la ventana de rato en rato. Ahora estoy seguro de lo que estaba esperando.
Supongo que tengo el síndrome del miedo que te prohíbe estar en silencio y hacer ruido a la vez. Es como una enfermedad que carcome tu cerebro para no dejarte pensar y te manda al los abismos de la insania.
Si esto es un sueño, quisiera saber cómo despertar. Si es un ladrón enfermo de la cabeza no tengo idea de qué hacer. Nunca me gustaron los vecinos y ahora quisiera escuchar alguno de sus tontos diálogos de familia para saber que aun sigo en el mundo y no he caído en algún tipo de infierno a pequeña escala.
La ventana es muy alta.
Esto es irreal. Parece ya haber pasado el tiempo de un día completo y todo sigue oscuro, con la luna mirona por la ventana.
Estoy en un lugar muy alto para intentar salir por la ventana.
Si ese tipo que está allí afuera es humano debe ser enorme. Tuve suerte al ganarle un segundo para cerrar la puerta. Me molesta no haber entrenado más este año.
La ventana es un lugar muy alto para saltar por ella.
Los pasos… otra vez los pasos… viene de abajo. No son algún vecino amistoso… suenan tan pesados como los del otro tipo. El otro tipo… si es un tipo… lo que sea…aun sigue allí, detrás de la puerta. Eso creo, no he estado más despierto en mi vida para poder confundirme.
Este otro lleva más prisa…ya ha llegado al pie de las escaleras y lo escucho subir muy apurado.
Cada golpe de buey que da en piso es uno a mi cerebro que no consigue pensar con claridad…si es posible hacerlo en este momento.
Son dos ahora… ¿qué van a hacer?
El golpe en la puerta responde mi pregunta, un golpe que pareciera haberlo dado un auto desde el otro lado.
El segundo hace que el seguro de la puerta de un quejido de metal rajado.
El tercero hace crujir el marco de la puerta.
Tenía razón… deben ser un par bueyes en dos patas y vienen por mí en este lugar tan lejano.
Un cuarto golpe hace temblar la pared que rodea la puerta y el quinto la saca de su marco cayendo al piso como una res recién degollada que se dio por vencida.

Si tuve tiempo de imaginarme la apariencia de estas moles que acababan de tumbar la puerta, sentí un gramo de alivio al sólo ver un par de sombras un poco más altas que la puerta. Un gramo de alivio y cien kilos de terror al no saber qué eran. Parecían un pedazo cada uno de horror arrancado de las noches más oscuras. No pude ver sus ojos, pero sentí sus miradas como un cuchillo tratando de atravesar el alma en una puñalada mientras me congelé por unos segundos al lado de la ventana intentado pensar que no eran eso.
Esto no es real. Ha sobrepasado los límites de la realidad y no puedo dejar que me arrastre. No tengo más opción que comprobar que tan sólido puede ser este mundo al que ingresé sin darme cuenta.
La escalera está detrás de ellos y sería inalcanzable. Sea cual sea su plan, no creo que sea bueno para mí.
Mientras abría la ventana vi como se lanzaban hacía mí desde la oscuridad de la entrada pero no llegaron a alcanzarme cuando salí disparado por ella como cuando te bajas de un auto al vuelo.

Tengo un par de segundos para pensar en que una caída de pie sería sólo para hacer que mis piernas se incrusten en mi pecho como mondadientes en una aceituna…
Ya…el piso allá abajo será una cómoda cama para terminar esta terrible noche y despertar… el piso allá abajo se ve tan oscuro como la noche.

3… 2… 1
Estoy recostado en la cama… está oscuro… es de madrugada, supongo... talvez más.
El cuerpo me duele como si un camión me hubiese masticado y escupido. Apenas me puedo levantar.
Puedo recordar lo que ha pasado.
Las sombras… el sonido… los golpes.
Diablos… ¿qué ha pasado?
Estoy en…el mismo lugar.
El sudor repentino del miedo es una las peores sensaciones que un ser humano debe sentir y ahora comienza…
Escucho pasos en el pasadizo.
No…ahora no viejo… mejor muerto que muerto de miedo.
Tengo unos segundos para pensar.
Tuve un amigo que ya no está… no está, pero si algo que me dejó para estos casos. Algo que había olvidado.
Doblo la columna apenas hacia el piso para levantar la madera falsa de éste y extraer del agujero la automática con el cargador lleno y el puñal de campaña que me dejó Herbert.

Puedo escuchar los pasos ya al pie de la escalera.
Mientras escucho ese sonido subiendo… trepando… viniendo hacia mí… lo espero. No puedo escapar… no hay donde escapar.

Comentarios

  1. Fascinante
    Está historia, aún huele a miedo, inmejorable narrativa de suspenso y sensación de alerta.
    Me recuerda que alguna vez estuve en una casa parecida a esa, pero por más que toqué, jamás me abrieron

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  2. me recuerda a esas escenas de terror cuando niña....que miedito....felizmente ya pasaron.....

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  3. Uuuuuuuy que miedo, tan sòlo imaginarlo ya me hace temblar y me hace sentir esa angustia y ese jadeo incontrolable............aaaaaaaaaaaaa...tengo que despertaaaar

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  4. la descripcion es identica a como lo he vivido... quise escribir lo que senti ese dia sin poder dormir asegurando la puerta y pensando de donde proviene tal sonido y que q era eso que se acercaba poco a poco a las 3 de la mañana...ese sentimiento que paso por mi cuerpo y se fue por la ventana... lo describiste en tu relato... Wowww U_U

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  5. ...tienes que empezar a escribir màs, està faltando lo del 2011, tienes que escribir sobre MIII.

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  6. Excelente, ensayo, quizas puede ser la escalera de la casa y los pasos de quien siempre subía y bajaba, sin ánimo a decir nada...
    Javier, sigue escribiendo....lo haces muy bien. Haz un libro, para publicarlo.

    Vladimir Espejo

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