Uku Pacha

El Viejo Barco

Caminado en la cueva oscura, llevando la roca amiga que fue la única que me acompañó en los buenos y malos momentos por igual.
Ya no puedo ver nada enfrente. Sólo camino dando tumbos y raspándome la piel en las rocas y con una en las manos.
La voz me dijo que era sólo una roca más, que estaba rodeado de ellas.
Puede ser similar a las demás pero no es igual, sus minerales, cristales, la conformación de sus moléculas la hacen única aun cuando sólo sea un trozo de la tierra. No la dejaré.
Pensando en ello caigo en lo que parece un profundo pozo con restos de agua en el fondo. La suerte hizo que siglos de transformación hicieran sus paredes muy lisas, como una mojada resbaladilla.
...Solté a mi roca.
En la oscuridad apenas puedes ver tu mano enfrente de tus ojos. La encontraré.
Varias horas después, y varios golpes despues en las paredes y caidas de culo incluidas, la encuentro en lo que parece una esquina seca. Extraña coincidencia que haya rodado hasta allí.
La toco, la peso, la identifico y la reconozco. Ahora puedo salir de la cueva.
¿Qué tan difícil puede ser?
Sólo me ha llevado dos días llegar hasta acá y aunque desconozco la salida no me siento perdido; me siento libre de seguir buscando mientras tenga una compañía.
Historia en blanco y talvez unas doce horas después encuentro una luz que me guía hasta la salida.
¿Cómo supe que han pasado dos días y medio?... no lo sé... lo supongo. He dormido dos veces y he salido al atardecer hacia la jungla... justo con vista al viejo barco. El aire está fresco, el olor a selva, tierra y agua me libera.
Mierda... ésta no es mi roca.
Tanto tiempo destinado y ahora tengo que regresar a buscarla otra vez a esas profundidades.
....
¿qué tan difícil puede ser?

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